Hoy me enteré de que hace una semana, el sábado santo, ocurrió un incendio en el balneario Poseidón de Necochea que lo destruyó todo o casi todo.
No pude evitar recordar aquellos momentos en dicho balneario los dos primeros veranos que pasé en Necochea, allá por el 2008 y el 2009, con mi grupo de amigos en una de las sombrillas. Para mí, junto con el balneario, se quemaron también los recuerdos de aquellas tardes felices de sol, playa y charlas volátiles.
Estas cosas son las que hacen pensar a uno que las cosas materiales son más efímeras de lo que pensamos, y que el día menos pensado las podemos perder como se perdió el balneario, no sé cómo ya que se desconoce la causa que ocasionó el incendio. Corre el rumor de que pudo haber sido intencional por cuestiones políticas... pero por lo que haya sido, la realidad es que el fuego lo destruyó todo.
Me da pena pensar que el próximo verano voy a regresar a Necochea y no voy a encontrar ese hermoso balneario que me trae tan buenos recuerdos y en cuya zona suelo bajar a la playa aunque no vaya a la zona del balneario y me instale en la zona pública. Porque la destrucción fue tal que tienen que volver a empezar... y es muy difícil que se pueda reconstruir en menos de un año.
Ver las imágenes del incendio me dio tanta impresión que hoy me es difícil volver a la imagen del balneario que vi en febrero antes de despedirme de Necochea hasta el año que viene. Una gran pena.
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